
El fiscal general de Texas, Ken Paxton, ha lanzado oficialmente una campaña para el Senado de Estados Unidos, estableciendo una batalla primaria de alto perfil contra su compañero senador republicano John Cornyn.
Paxton, un firme aliado del presidente Donald Trump, hizo el anuncio durante una entrevista el martes por la noche en Fox News. Su decisión abre lo que se espera que sea una de las primarias del Partido Republicano más vigiladas y polémicas del ciclo electoral de 2026.
"Creo que es hora de que tengamos un conservador fuerte representando a Texas en el Senado", dijo Paxton durante la aparición.
"Me presento al Senado de Estados Unidos para luchar por la agenda del presidente Trump y dar un mazazo al establishment de Washington D.C.", dijo Paxton en un post en X. "Juntos, mandemos a John Cornyn a hacer las maletas".
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Paxton ha sido durante mucho tiempo una figura polarizadora en la política de Texas. En 2023, sobrevivió a un juicio político en el Senado de Texas después de que la Cámara votara a favor de su destitución por cargos como soborno y abuso de confianza pública. También resolvió recientemente una batalla legal de casi una década por cargos de fraude de valores aceptando el pago de una indemnización.
Es probable que su campaña reciba un fuerte apoyo del ala derecha del partido. En el último año, Paxton ha acaparado la atención nacional por sus agresivas acciones legales en asuntos que van desde el aborto a la atención a transexuales, posicionándose como un guerrero de las causas conservadoras.
Cornyn, senador desde 2002, ha recibido cada vez más críticas de la extrema derecha del partido. Aunque sigue siendo una figura poderosa en Washington, su apoyo a la legislación bipartidista, incluido un paquete de control de armas aprobado tras el tiroteo en la escuela de Uvalde, le ha convertido en blanco de los activistas conservadores.
Los observadores políticos afirman que las primarias pondrán de relieve la actual lucha de identidades dentro del Partido Republicano, y que la campaña de Paxton se convertirá probablemente en un referéndum nacional sobre la futura dirección del Partido Republicano.
El escaño en el Senado de Texas no está sujeto a reelección hasta 2026, lo que da a ambos candidatos un largo margen para conseguir apoyos, recaudar fondos y afinar sus mensajes en lo que podría convertirse en una de las elecciones al Senado más caras de la historia del estado.
Esta nota fue publicada originalmente en inglés por NBCDFW Staff.