Las autoridades colombianas concluyeron que la falta de combustible y la negligencia causaron en 2016 la tragedia aeronáutica que mató a 71 personas, entre ellas la mayoría del plantel del club brasileño de fútbol Chapecoense, que viajaba a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana.
El reporte emitido el viernes por la autoridad Aeronáutica Civil de Colombia coronó 17 meses de pesquisas sobre el accidente ocurrido el 28 de noviembre de 2016, cuando el avión de la aerolínea LaMia se estrelló contra una montaña, a pocas millas del aeropuerto internacional de Medellín.
Según las autoridades, la tripulación hizo caso omiso de la advertencia de que el avión se estaba quedando sin combustible cuando estaba a 40 minutos de llegar a su destino. En lugar de hacer un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto más cercano, los tripulantes decidieron seguir hacia Medellín y la aeronave British Aerospace Avro RJ85 se quedó sin combustible.
LaMia era una aerolínea especializada en vuelos fletados, con registro en Bolivia. Su gerente general fue acusado de homicidio imprudencial luego del accidente.
Las autoridades buscan también por homicidio imprudencial al único dueño de LaMia que sigue con vida, Marco Antonio Rocha, quien se encuentra prófugo y se niega a regresar a Bolivia, bajo el argumento de que no enfrentaría un proceso justo ahí.
Expertos forenses habían dicho desde hace meses que el hecho de que el avión no hubiera explotado en el lugar del accidente constituía un indicio de que se había quedado sin combustible.
El viernes, las autoridades colombianas dieron más detalles sobre los últimos minutos del trágico vuelo. Dijeron que los tripulantes no avisaron a los controladores que el avión se quedaba sin combustible.
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“El avión tiene alarmas y luces, que le dicen a la tripulación que haga algo porque la cantidad de combustible está sumamente baja”, dijo Miguel Camacho, jefe investigador de Aeronáutica Civil. “La tripulación no comunicó al control de tráfico aéreo”.
De acuerdo con las autoridades la tripulación pudo haber solicitado aterrizar de emergencia en alguno de dos aeropuertos más cercanos que el de Medellín, pero ello hubiera obligado a que la aerolínea pagara tarifas y multas.
“La tripulación descartó un aterrizaje en Bogotá, u otro aeropuerto, para reabastecer”, señala el informe.
Las autoridades señalan que la tripulación del jet de 90 asientos buscó cubrir un vuelo de cuatro horas, de la localidad boliviana de Santa Cruz a Medellín, con 20,500 libras de combustible. La regulación estipula que el avión debió haber cargado 25,600 de combustible para recorrer dicha distancia.