TOKIO - En Japón, donde cada vez menos personas se deciden a tener hijos, un café permite a sus usuarios experimentar lo que supone ser bebé por un día, con el objetivo de fomentar la empatía con los niños y entender las dificultades a las que se enfrentan a diario.
Una cabeza gigante, porciones desmedidas y muebles fuera de la altura de cualquiera son algunos de los elementos que incorpora el café "Niño por un día", ubicado en el barrio de Aoyama, en el corazón de Tokio, y que pertenece a la compañía Itochu, uno de los mayores conglomerados comerciales del país asiático.
El café permite ver las cosas desde la perspectiva de los niños, por lo que las tazas, galletas o tartas parecen descomunales a la vista de los adultos, y también lo son las sillas y las mesas donde disfrutarlos.
"Se trata de experimentar volver a ser niño y saber lo pesada que puede ser la cabeza para el bebé o cuánta comida se le presenta", explica la responsable de Iniciativa de Marca Corporativa de Itochu, Tokuko Metani.
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Los visitantes de este café son recibidos por una cabeza gigante, que busca mostrar la falta de proporción entre la cabeza de los bebés y su cuerpo y que pesa unos 21 kilos (46 libras) y mide más de 45 centímetros (17 pulgadas). "Este centro, aunque lo pueden disfrutar los niños, está pensado para los adultos", añade Metani.
También se presenta un desayuno típico de un niño de 2 años, con todos sus elementos como el cartón de leche o la tostada, pero completamente fuera de tamaño. "Todos estos objetos tienen el doble de su tamaño. Al verlos, tal vez es más fácil entender por qué tardan tanto en comer o derraman las cosas", dice la trabajadora.
El café también incorpora un experiencia de Realidad Virtual (VR) para adultos, donde pueden ver a unas figuras gigantes -que representan a las personas mayores- regañándoles, algo que desde esa altura, puede resultar aterrador.
Por último, los visitantes pueden probarse la clásica mochila de los niños de primaria en Japón -normalmente de cuero y que se lleva a la espalda- y que en esta versión para adultos, tiene un peso de cerca de 19 kilos (41 libras), equivalente a la proporción entre el peso de los niños y las mochilas que ellos cargan.
Itochu, responsable del café, viene implementando desde 2013 medidas para que sus trabajadores comiencen su jornada laboral antes, prohíbe el trabajo después de las 8 p.m. y ofrece guarderías propias para su personal, en un esfuerzo por mejorar la conciliación.
Estas iniciativas se han traducido de forma inesperada en un incremento de la tasa de fertilidad de la empresa, que pasó desde los 0.60 hijos por mujer en el 2013 a los 1.97 hijos en el 2022, duplicando la media tokiota, que se encontraba en ese año en 1.08 hijos y la nacional, en 1.30.
El año pasado el número de recién nacidos en Japón cayó un 5.1% hasta quedar por debajo de los 800,000, un mínimo histórico, mientras que la población de 65 años o más supone ya el 29% del total, lo que sitúa a Japón como el segundo país con mayor envejecimiento demográfico del mundo.
Ante su crisis demográfica, Japón puso en marcha en abril una nueva agencia gubernamental encargada de coordinar las políticas dirigidas a apoyar la natalidad y la crianza, y que busca crear "una sociedad centrada en los niños" y donde se escuche la opinión de los menores.
"Espero que la experiencia de cafés como este pueda servir como una lección a los adultos", concluye Metani.