HOUSTON - Claudia Villegas llegó a Houston en 1995. Lo hizo desde México atraída por un mejor futuro, se vino desde su natal Morelos con el anhelo de hacer una vida junta con su novio, quien había salido de la misma ciudad un par de años antes y para ese entonces ya trabajaba en un taller de mecánica en el área de Spring Branch, una zona mixta residencial y de negocios del oeste de Houston, con una alta población migrante.
Claudia se instaló rápidamente en un apartamento con la que era entonces su pareja. Empezó, casi que de inmediato, a trabajar limpiando casas. Los primeros clientes y las amistades que fue conociendo le abrieron las puertas para conseguir trabajos adicionales, pero, así como llegaban nuevas oportunidades, también se iban los oficios que ya tenía, sobre todo, por su condición de indocumentada.
Poco después quedó embarazada de su primera hija. En un lapso de seis años tuvo dos más. El padre de las hijas y pareja de Claudia se metió en problemas con la ley y terminó deportado a México poco tiempo después.
Desde entonces Claudia, se las arregló para sacar adelante a sus tres hijas con el trabajo de aseo en tres diferentes casas, tres días a la semana y con un empleo por un par de horas todas las tardes después de las 6 p.m. en una compañía dedicada a limpiar oficinas.
Sus ingresos difícilmente han logrado superar por muchos años lo que el gobierno establece como nivel de pobreza. Nuevamente, su condición de indocumentada dificultó aún más su acceso a mejores trabajos y una diabetes temprana la puso en aprietos, por muchos años, para poder pagar las medicinas que debe tomar con regularidad.
Claudia ha hecho parte de ese grupo de miles de personas que en el Condado Harris viven por debajo de ese umbral de pobreza. Cifras que, según el Buró del Censo de Estados Unidos, se han ido incrementando en nuestra región, sobre todo, después de la pandemia del COVID-19 cuando miles de empleos se perdieron y la tasa de desocupación laboral llegó a estar casi en el 15%.
Durante la pandemia, Claudia perdió días y horas de trabajo luego de que mucha gente se refugió en sus casas y asumió las labores domésticas y miles de edificios de oficinas quedaron desocupados debido a las políticas de trabajo remoto implementadas desde el inicio de la pandemia y que aún tiene casi a un 20% de estos sitios vacíos, según reciente reporte de la Asociación Nacional de Realtors.
Ella sintió no solo el impacto en su salud -se contagió dos veces, una con serias complicaciones por ser diabética- sino que también se afectó su bolsillo. Esta vez, sus hijas, ya mayores de edad, la ayudaron económicamente con lo que podían.
POBREZA GOLPEA FUERTEMENTE EL ÁREA DE HOUSTON
La situación de Claudia es el reflejo de miles en Houston. Según el Buró del Censo, el Condado Harris tiene una tasa de pobreza mayor al promedio nacional. Mientras que en todo el país esta cifra llegó al 12.6% en 2023, en el principal condado de nuestra área metropolitana y de todo Texas, el nivel es del 16.5%.
De hecho, después de la pandemia Houston fue la única “gran ciudad” en EEUU que tuvo un incremento en sus niveles de pobreza, según cifras del propio Censo.
Las cifras revelan que más de 781,000 personas viven en esa condición en el Condado Harris, que tiene una población total de 4,739,000 personas, según las cifras analizadas al 2022.
Comparadas con otras ciudades, Houston supera a las otras grandes ciudades de Texas como Dallas, Fort Worth, San Antonio y Austin en sus niveles de pobreza.
Actualmente, una familia de cuatro personas en el área de Houston que gana menos de $30,000 al año es considerada pobre, de acuerdo con las reglas establecidas por el Departamento de Servicios Humanos y de Salud de EEUU.
Uno de los hechos notorios de esta situación es el alto porcentaje de hispanos que en nuestra área viven bajo el nivel de pobreza.
En el Condado Harris viven 2,120,703 personas de origen hispano, quienes representan un 44% del total de la población. Sin embargo, cuando se analizan las cifras del censo y pobreza, el porcentaje de hispanos que viven en condiciones económicas desfavorables sube al 55%, lo que representa que hay 431,428 personas en esa penosa situación.
MILES DE NIÑOS PASAN HAMBRE EN EL CONDADO HARRIS
Pero hay un sector de la población que está viviendo con rudeza los efectos de la pobreza entre los hispanos: el de los niños, quienes comprenden un alto porcentaje de aquellas personas que no cuentan -siquiera- con la posibilidad de tener al alcance las tres comidas diarias o que en el peor de los casos "no prueban bocado" durante el día.
Y es que el trabajo del Buró del Censo reveló una dramática cifra, del total de las personas que viven en condiciones de pobreza en el Condado Harris, el 40% son niños entre los 0 a los 17 años.
De las 781,107 personas que conviven con esta condición en el principal condado de Texas, 307,900 son niños.
En Houston, miles de estos niños dependen de programas de ayuda alimentaria para poder subsanar la falta de comida en sus hogares.
Uno de estos programas que tiene amplia acogida lo desarrolla la organización Kids for Meals, que diariamente ayuda entre 7,000 a 13,000 niños menores de cinco años de 46 códigos postales del área metropolitana de Houston.
"Gracias a Dios por estos sagrados alimentos que nos dan, ya sea el pan, la fruta, la verdura, es muchísimo para mi, es mucho", dice con reconocimiento Sofía López, una de las madres del área de Houston que se apoya en esta iniciativa para proveer la comida a sus nietos.
Además de la dificultad que algunos encuentran para poder suplir con sus propios recursos los platos de comida a la mesa diariamente, también se reconoce que falta información sobre las ayudas existentes. "Yo supe de esto porque alguien más me dijo del programa", reconoce Sofia.
Kids for Meals suple el alimento diario a miles de familias con la ayuda de cientos de voluntarios y trabajadores que se involucran desde el inicio de la cadena de abastecimiento hasta la entrega en pequeños camiones de los productos con el objetivo de hacerlo hacia las 8 a.m.
Esta organización, además, trata de proveer una sonrisa a los niños con bolsitas decoradas que -en muchos casos- son guardadas como un regalo adicional.
