HOUSTON - El mes de septiembre marca el Mes Nacional de Prevención del Suicidio en Estados Unidos, una iniciativa crucial para crear conciencia sobre este grave problema de salud pública.
En este contexto, la historia de Sandra Ramírez, una madre hispana residente del área de Pasadena, Texas, emerge como un poderoso testimonio de pérdida, dolor y la imperiosa necesidad de actuar antes de que sea demasiado tarde.
UNA TRAGEDIA INIMAGINABLE
Sandra Ramírez nunca imaginó que el suicidio tocaría tan de cerca a su familia. En un giro devastador del destino, perdió a sus dos hijos por esta causa. En 2009, su hijo Tory, de tan solo 16 años, decidió quitarse la vida. "Me fui a mi cuarto, la puerta estaba atrancada. Le dije a Pablo, tráeme algo. Abrimos la puerta y cuando abrimos la puerta, lo miramos, él se había colgado", relata Sandra con visible dolor.
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Lo que hace esta tragedia aún más desgarradora es que, según Sandra, Tory no mostró signos evidentes de su angustia. "Andaba riéndose, burlándose de cosas, bailando, cantando", recuerda. El joven había terminado recientemente con su novia y dejó huérfano a un bebé de apenas un mes de nacido.
EL DOLOR SE MULTIPLICA
La tragedia no terminó allí para la familia Ramírez. Paul, el otro hijo de Sandra, quedó profundamente marcado por haber encontrado a su hermano en esa terrible escena. Este trauma desencadenó problemas de salud mental que, trágicamente, culminaron en 2013 cuando Paul, de 21 años, también decidió terminar con su vida.
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"Él dejó nota, y la nota decía que nos quería mucho a todos, pero que él sufría mucho. Que estaba cansado, que la imagen de su hermano, como lo halló, y que no dormía bien", comparte Sandra, evidenciando cómo el dolor puede propagarse y afectar a toda una familia.
SEÑALES DE ALERTA Y PREVENCIÓN
Rob Arteaga, psicoterapeuta, señala que existen señales que pueden indicar pensamientos suicidas: "Creo que de las señales más obvias es que las personas que tienen eso contemplado empiezan a querer cerrar ciclos, como terminar documentación, testamentos, dejar sus cosas en orden".
Sin embargo, Arteaga enfatiza que no siempre es fácil detectar estas señales. Su consejo es estar cerca de los seres queridos: "Creo que muchas veces nos ponemos la presión de arreglar la situación y eso no siempre lo podemos hacer. Creo que nada más escuchar, entender, acompañar".
ESTADÍSTICAS ALARMANTES
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) reportan que en 2022, la tasa de suicidios entre hombres fue cuatro veces mayor que entre mujeres, representando el 80% de estas muertes.
En total, más de 49,000 personas murieron por suicidio ese año en Estados Unidos, lo que equivale a una muerte cada 11 minutos.
RECURSOS DE AYUDA DISPONIBLES
Adrián García, Comisionado del Distrito Dos del Condado Harris, destaca los recursos disponibles: "Un local en uno de mis parques, el James Driver, le ofrecemos servicios y ayuda a familias, en particular con niños chiquitos". García enfatiza que estos servicios están disponibles independientemente del estatus migratorio de las personas.
Además, el 988 es la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis, donde se puede recibir atención telefónica, por mensaje de texto o chat, y en español.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN
Sandra Ramírez ha convertido su dolor en fuerza para apoyar a la comunidad. Cada año, en colaboración con otras organizaciones, realiza una caminata en el área de Pasadena para ofrecer información y recursos. Este año, el evento se llevará a cabo el 21 de septiembre a las 10 de la mañana en Crenshaw Park.
El mensaje es claro: hay ayuda disponible y es crucial buscarla antes de que sea demasiado tarde. La prevención del suicidio es una responsabilidad compartida, y historias como la de Sandra Ramírez nos recuerdan la importancia de estar atentos y ofrecer apoyo a quienes nos rodean.
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