Un residente de Alexandria, Virginia, y su hermana, lograron reunirse por primera vez con su madre biológica en Santiago de Chile, tras haber sido separados hace casi cuatro décadas.
“Fue realmente un momento muy feliz. Cuando caminábamos por el pasillo junto con mi hermana, entonces ellas se miraron fijamente y mi hermana se apresuró para abrazar a mi madre. Yo las dejé disfrutar su momento y después yo tuve la oportunidad de abrazar a mi mamá y fue realmente un momento muy feliz para mí”, dijo Sean Ours.
Sean Ours y su hermana fueron adoptados por una familia en Estados Unidos y crecieron en el país norteamericano.
A su familia adoptiva le dijeron que su madre los había dado en adopción porque no podía permitirse el lujo de criarlos. Pero el año pasado, la historia que les habían contado toda su vida comenzó a desmoronarse.
Recibe las noticias locales y los pronósticos del tiempo directo a tu email. Inscríbete para recibir newsletters de Telemundo Houston aquí.
¿CÓMO DESCUBRIERON LA VERDAD?
Después de enterarse de adopciones fraudulentas, su madre adoptiva comenzó a trabajar con un grupo llamado Connecting Roots, una organización sin fines de lucro que ha estado vinculando a niños tomados ilegalmente de madres chilenas.
Fue así que Ours y su hermana se enteraron de que a su madre biológica le dijeron que su hijo y su hija habían muerto durante el parto.
“Fue muy impactante darme cuenta de que podríamos haber sido vendidos, por así decirlo, en contra de su voluntad", relató Ours en febrero.
A través de Connecting Roots y el grupo MyHeritage, pudieron conseguir la documentación y pruebas de ADN para identificar a su mamá en Santiago.
“Cuarenta años después, 39 años después. Ah, por cierto, tienes hijos. Son mayores y tienen sus propios hijos”, expresó.
El fundador de Connecting Roots dice que decenas de miles de niños fueron vendidos en adopción desde Chile entre los años 1960 y 1990. Se desconoce cuántos terminaron en Estados Unidos.
El grupo y sus socios han ayudado a decenas de familias a reunirse en los últimos años.
"Creo que hay que empezar por algún lado, y ha cobrado fuerza", aseguró el presidente y director ejecutivo de Connecting Roots, Tyler Graf. “Hemos estado ayudando a más y más adoptados. Tenemos un promedio de una o dos reuniones al mes”.