MIAMI, Florida - El presidente Donald Trump, recibió el martes un caluroso recibimiento en el BB&T Center de Sunrise, al norte de Miami, en Florida, su nueva residencia, y en respuesta les prometió a sus seguidores mantenerse otro periodo en Washington.
En un recinto con capacidad para más de 20,000 personas y que estaba prácticamente lleno, de acuerdo al pool de periodistas que acompaña a Trump, el presidente hizo gala de sus seguidores en un estado que se perfila vital en las elecciones de noviembre de 2020 y que ya en 2016 le dio el triunfo.
"La confianza está aumentando y Estados Unidos es más fuerte que nunca", exclamó ante un entregado auditorio, al que ni bien subió a la tarima le arrojó las identificables gorras rojas de su campaña electoral.
Luego de que hace un par de meses cambiara su residencia de Nueva York a su club Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, el mandatario recordó que en las elecciones del próximo año se uniría a los votantes del "Estado soleado". "Mi casa", matizó, para júbilo de sus simpatizantes.
Como en anteriores mítines, aludió a lo que considera logros de su Gobierno, entre ellos algunos indicadores económicos y en esta ocasión además a la muerte del líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Bagdadi, uno de los hombres más buscados por Washington después de que éste proclamara en 2014 el califato del Estado Islámico en amplias zonas de Siria e Irak.
El presidente llegó a Florida, donde pasará el fin de semana largo por el día de Acción de Gracias, en medio de las investigaciones para un juicio político en su contra por presionar al Gobierno ucraniano para que indagara si el ex vicepresidente y aspirante presidencial demócrata Joe Biden tuvo tratos cuestionables con ese país en 2016.
Trump dijo que con el "impeachment", como antes ocurrió con la presunta conspiración de su campaña con Rusia, que fue investigada por el exfiscal especial Robert Mueller, "los demócratas radicales de izquierda están tratando de destrozar nuestra nación".
EEUU
"Eso es realmente una mentira", señaló respecto a las acusaciones en su contra.
El presidente se defendió diciendo que la llamada al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fue "perfecta", que el mandatario de ese país ha dicho que no hubieron presiones y rechazó que haya retenido la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda militar.
Como es habitual en sus mítines, en Sunrise atacó otra vez a la prensa, a la que calificó de corrupta, incluidos los diarios New York Times, The Washington Post y la cadena CNN, y reiteró que el muro en la frontera se está construyendo, al mismo tiempo que felicitó a la Patrulla Fronteriza por la reducción de cruces de indocumentados.
Y mientras el presidente se rodeó en el escenario de algunos allegados, entre ellos el gobernador de Florida, Ron DeSantis, la vicegobernadora Jeannete Nuñez, y la exfiscal de este estado Pam Biondi, sus detractores le dijeron que no era bienvenido.
Horas antes de que comience el mitin, en los exteriores del recinto sede del mitin, el Partido Demócrata de Florida junto a organizaciones locales le espetaron a Trump que no es bienvenido al estado que ahora llama su casa y auguraron que no ganará en las elecciones de noviembre de 2020.
"Donald Trump no ha hecho nada para llamar a este estado su hogar", manifestó la congresista por Florida Debbie Wasserman Schultz.
De esta manifestación fue parte el famoso globo del "Bebé Trump", que ha recorrido el país, además de la presidenta del Partido Demócrata de Florida, Terrie Rizzo, quien dijo que "los floridanos están enfermos y cansados de sus mentiras, sus promesas incumplidas, su división y su búsqueda de cuidarse a sí mismo y a los ricos".
Florida es un estado clave en las elecciones presidenciales, no solo porque le brinda al ganador un importante número de votos en el Colegio Electoral, que es donde al final se decide quién es el ganador, sino porque no tiene un patrón de voto fijo y lo mismo puede inclinarse por los republicanos que por los demócratas.