La fertilización in vitro ofrece esperanza a parejas infértiles, pero con costos de $20,000 por intento y desafíos físicos y emocionales.
HOUSTON - La fertilización in vitro (IVF, por sus siglas en inglés) se ha convertido en una luz de esperanza para millones de parejas que enfrentan dificultades para concebir, pero el camino hacia la paternidad mediante esta técnica está marcado por desafíos emocionales, físicos y económicos significativos.
Marybel Yañez y su esposo Mauricio son el rostro de esta realidad. Después de dos años de intentos naturales, múltiples tratamientos y aproximadamente 100 inyecciones, la pareja decidió someterse a la fertilización in vitro a los 41 y 43 años respectivamente, llevando su tratamiento entre México y Estados Unidos.
"Esta foto para mí representa los primeros latidos de mi bebé y escuchar eso no tiene precio. En ese momento sentí que todo había valido la pena", comparte Marybel, recordando el momento crucial de su proceso.
El procedimiento de IVF es complejo y meticuloso. Comienza con la extracción de óvulos de la mujer, que luego se combinan con esperma en un laboratorio antes de su implantación en el útero. Las pacientes deben someterse a un riguroso régimen de ocho a diez días de inyecciones hormonales para madurar los óvulos.
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La Dra. Rashmi Kudesia, de CCRM Fertility of Sugar Land, explica que las probabilidades de éxito pueden alcanzar hasta un 85%, aunque varían significativamente según el caso. Los datos del Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia revelan que aproximadamente el 2% de los nacimientos en Estados Unidos son resultado de este procedimiento, con más de 8 millones de bebés nacidos mediante esta tecnología.
El costo, sin embargo, representa una barrera significativa. Con un precio promedio de $20,000 por intento, muchas parejas encuentran difícil acceder al tratamiento. Durante su campaña, el presidente Trump prometió que su administración buscaría que el gobierno o las compañías de seguros cubrieran estos costos, una propuesta que ha sido bien recibida tanto por pacientes como por especialistas.
El aspecto psicológico del proceso no puede subestimarse. La psicóloga Irina Faneite enfatiza la importancia de la preparación mental: "Es importante que si te vas a someter a este procedimiento, te prepares psicológicamente antes y revises desde dónde lo quieres hacer, si es un mandato social o es algo que realmente tú quieres hacer".
Un aspecto poco discutido es el papel de los hombres en el proceso. Mauricio, esposo de Marybel y ingeniero en ciberseguridad, señala la escasez de información y recursos para los hombres que acompañan a sus parejas durante el tratamiento: "No hay mucha información para los hombres, de cómo apoyar, cómo lidiarlo".
A pesar de los obstáculos, para parejas como Marybel y Mauricio, cada inyección, cada dólar gastado y cada momento de angustia vale la pena cuando se alcanza el objetivo de convertirse en padres. Su historia representa la de miles de parejas que navegan por el complejo mundo de la fertilización in vitro en busca de cumplir su sueño de formar una familia.
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