HOUSTON - La depresión posnatal o posparto no es exclusiva de las madres, según datos de la Academia Americana de Pediatría muestran que entre un 7% y 8% de los padres también experimentan este trastorno mental después del nacimiento de un hijo.
Estos datos desafían los estereotipos tradicionales sobre la salud mental paternal y visibiliza una problemática largamente ignorada. Contrario a la creencia popular, este padecimiento no se reduce simplemente a cambios hormonales.
Se trata de una condición compleja originada por múltiples factores de riesgo, como historial previo de depresión, disrupciones del sueño, falta de redes de apoyo social y presiones económicas. Puede manifestarse en cualquier edad y momento durante el primer año o dos después del nacimiento del bebé y los síntomas son similares a los de la depresión general.
Señales de que un padre podría tener depresión posnatal o posparto masculina:
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- estado de ánimo persistentemente bajo
- pérdida de motivación
- insomnio
- sentimientos de culpa e inutilidad
- dificultad para concentrarse
- alteraciones del apetito
- fatiga constante
- pensamientos sobre muerte o suicidio
Lo distintivo es su aparición en el contexto de la paternidad reciente, es crucial entender que experimentar estos síntomas no significa ser un padre “débil” o “fracasado”. Representa una condición médica sería que requiere atención profesional. Los especialistas advierten que la depresión posnatal no desaparecerá por sí sola y puede afectar significativamente el vínculo emocional con el recién nacido.
Las estrategias para enfrentar este desafío incluyen diversos abordajes. Algunos hombres encuentran más cómodo hablar en entornos informales, como durante un encuentro deportivo, mientras otros prefieren consultar directamente con profesionales o utilizar aplicaciones especializadas como DadPad, que ofrecen recursos específicos para padres.
También la revista The Conversation establece que la comunicación honesta y efectiva es fundamental. Mientras que los expertos establecen y recomiendan que los hombres expresen genuinamente sus sentimientos, sin autocensura ni vergüenza. Reconocer la propia vulnerabilidad no es un signo de debilidad, sino de fortaleza emocional y responsabilidad consigo mismo y con la familia.
Afortunadamente, la sociedad avanza hacia una mayor comprensión, cada vez más espacios de salud, investigación y apoyo social reconocen la importancia de la salud mental paterna. Los padres ya no están solos: existen recursos, profesionales y comunidades dispuestos a acompañarlos en este complejo, pero hermoso viaje de la paternidad.
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