El Valle del Río Grande se ha convertido en el valle de la muerte para los inmigrantes que intentan cruzar hacia Estados Unidos. 84 muertos en lo que va de año, debido a que quienes intentan ingresar se deshidratan.
Es el cruce más peligroso y transitado. A veces son detenidos por la patrulla de fronteras. La cifra es superior a la del año pasado y equivale a cuatro personas por semana. Cifras del año fiscal 2015 dieron a conocer que 162 inmigrantes perdieron la vida en su intento de cruzar la frontera por Texas.
El calor hace que las personas, literalmente, se quemen. Los coyotes los abandonan sin agua ni nada. El Río Grande tiene corrientes fuertes y luego hay que atravesar la maleza, lo que vuelve todo más doloroso.
Los niños cruzan cargados de brazos de sus padres, pero eso no los salva. Apenas unos días atrás, un perro de la patrulla fronteriza murió deshidratado por un golpe de calor.
En los ocho meses que han transcurrido del año fiscal del 2016 -que inició el pasado mes de octubre- más de 33 mil menores no acompañados a lo largo del camino con México han intentando cruzar esta frontera, una cifra que no deja de sorprender, por el incremento que esto significa.
Una vez que llegan a un albergue de McAllen, los que logran pasar relatan el infierno de este cruce, muchos de ellos con niños pequeños, otros con el sabor de habe sido estafados y abandonados por los coyotes. Miles pueden recibir una sentencia de muerte al intentar pasar.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Aduanas y Protección Fronteriza señala que hasta el 29 de febrero del 2016 fueron detenidos en la frontera sur unos 23,553 menores sin acompañante, lo que representa un incremento del 89 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior, y de este número 18,281 cruzaron por Texas.