TOKIO, Japón — Chase Kalisz fue el responsable de encender los motores de EEUU en los Juegos, llevándose la primera medalla de oro en la piscina olímpica.
Cumplida la mañana, la maquinaria estadounidense ya había amasado un cúmulo importante de medallas.
Seis en total, un notable inicio el inicio para los estadounidenses en la era post Michael Phelps.
“Estoy feliz por haber hecho arrancar a Estados Unidos”, dijo Kalisz tras su victoria en los 400 metros combinados.
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Otros países también brillaron.
El anfitrión Japón conquistó un oro, Túnez apareció inesperadamente en lo más alto del podio y las mujeres australianas fijaron el primer récord mundial de la competición en el relevo 4x100 libre.
Los estadounidenses no pueden quejarse de su primer día.
Durante la trayectoria de Phelps, una repleta de récords en cinco Juegos de Verano, Estados Unidos nunca salió flotando con un botín de seis medallas en la primera tanda de finales.
“Un inicio estupendo de Estados Unidos”, destacó Kieran Smith, quien en su primera justa internacional importante atrapó un bronce en los 400 libre. “Hicimos las cosas como se debían. Estoy muy orgulloso”.
Australia, con pretensiones de retar la supremacía estadounidense en la piscina, obtuvo tres medallas el domingo.
La del relevo libre estaba cantada, más con un dinámico cuarteto que incluyó a las hermanas Bronte y Cate Campbell a cargo de abrir y cerrar la posta, respectivamente, y acompañadas por Meg Harris y Emma McKeon.
McKeon arrasó a todas en la tercera posta y Cate Campbell paró el cronómetro con un registro de 3 minuto y 29.69 segundos. En la ceremonia, las hermanas juguetearon con sus medallas, poniéndolas en sus cuellos.
La plata quedó en manos de Canadá, con tiempo de 3:32.78. Estados Unidos completó la mañana con otra presea para rebasar su mejor cosecha en un día inaugural de la era Phelps — cinco en 2004 y 2008. Con Simone Manuel a cargo del cierre, quedaron muy atrás de las australianas, al marcar 3:32.81.
Kalisz fue el primer laureado de Estados Unidos en Tokio, y Jay Litherland — quien nació en Osaka — completó el 1-2 para los estadounidenses al obtener la plata. El australiano Brendon Smith atrapó el bronce.
En los 400 libre, el adolescente tunecino Ahmed Hafnaoui dio la sorpresa desde el octavo carril, celebrando su victoria con gritos que retumbaron en un complejo acuático casi sin gente.
“Hasta yo estoy sorprendido”, dijo Hafnaoui, quien emuló a Ous Mellouli como medallistas de oro del país del norte de África. “No pude creerle hasta que toque la pared y ví el número 1 (en el marcador)”.
Hafnaoui cronometró 3:43.26, seguido por el australiano Jack McLoughlin y Kieran Smith. Los tres primeros quedaron separados por menos de un segundo tras ocho vueltas en la piscina.
Propulsada por una sensacional ejecución del estilo pecho, la japonesa Yui Ohashi conquistó el oro de los 400 combinados. Dos estadounidenses le escoltaron: Emma Weyant cargó la plata y Hali Flickinger el bronce.
Kalisz, ex compañero de entrenamientos de Phelps, quedó primero con un registro de 4:09.42. Litherland llegó segundo con 4:10.28, apenas una décima por delante de Brendon Smith.
Las finales se realizaron en la mañana de Tokio en vez del habitual turno nocturno, por lo que nuestra cadena hermana NBC, pudo mostrar las finales en el horario estelar en Estados Unidos.
Fue el mismo formato de Beijing 2008, donde Phelps ganó una cosecha récord de ocho oros. Se retiró tras Río 2016, acumulando un total de 23 oros.